martes, 15 de abril de 2014

La historia se repite

Portrait d'Amélie-Justine et de Charles-Edouard Pontois, de Adèle Romany

Querido X:

Por primera vez, después de tantas horas de no saber nada de J, no me he puesto a llamar a sus amigos desesperada, ni he pensado en ir a Urgencias, aunque no he podido evitar imaginármelo tirado en una cuneta. Esto es lo que hay, me he dicho a mí misma, no puedes controlar más, no tienes superpoderes aunque tú creas que sí.

Si J se empeña en saltar sin red, yo no puedo hacer nada. Y esta vez me ha ido relativamente bien, no te puedo garantizar cómo será en lo sucesivo, a lo mejor me desespero de angustia, pero ya es hora de que vaya aprendiendo, de que suelte amarras.

Ojalá no le pase nada, ojalá pasen deprisa estos años tan difíciles sin que haga o le suceda algo importante, porque yo ya solo puedo cruzar los dedos, ya no puedo mantenerle cerca y a salvo como cuando era pequeño. Así de duro y así de claro.

Sigue con salud.

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