martes, 26 de noviembre de 2013

Monólogo interior

El joven Yachtsman, de Joaquín Sorolla

"Hoy tengo sicólogo, menos mal que nos toca juegos porque ya me estoy cansando de los tests, no son de esos de rellenar casillas o así, son de contestar preguntas. Me dice que soy muy sincero y que se ve que no voy a poner lo que quede bien. Pues claro que no, yo pongo lo que pienso y ya está. Bueno, la verdad es que tampoco se me ocurre otra cosa, yo pongo lo que se me ocurre, total... En verdad está bien lo del sicólogo porque vengo paseando hasta aquí y así al menos no estoy castigado en casa, luego me voy a las pistas, si se cree el aita que me voy a ir a casa con este solazo, lo tiene claro.

Mañana es el día de los enamorados, sería un día para ver a A, además ahora con la cresta, me pongo el polo ese verde que me ha regalado la ama que es superpijo y quedo guay. Ayer me hizo ducharme la ama, ya vale para mañana, pero, claro, cómo voy a ver a A si estoy castigado. Tendría que llamarle por teléfono por lo menos, aunque vete a saber si está en casa o si tiene el móvil apagado, porque tendrá que hacer deberes e igual no le dejan. Y si no, pues le veré el sábado, a ver si va al curso, que el sábado pasado no fue, lo bueno es que este sábado le podré acompañar a casa.

La música es guay porque te acompaña siempre, me pongo mi música y ya está. Y en el verano me pienso pirar a Alicante, trabajaré haciendo gofres, ya verás qué palo se va a pegar el aita, se quedará con la boca abierta, ja, él piensa que no valgo para nada... La ama me prometió que me llevaría, pero no sé yo, si le digo que me voy para quedarme seguro que no me lleva, la ama se preocupa demasiado, no le puedo decir nada porque ya se está preocupando. Si ya le digo yo que siempre está pensando que pasan cosas y no pasa nada. Anda que ya son ganas de agobiarse.

¡Ostras! Si me he pasado de portal, ahora me tengo que volver...".

jueves, 21 de noviembre de 2013

Madre solo hay una

Ruth Sears Bacon, de John Singer Sargent

- Ama, la sicóloga me ha preguntado...
- Pero, ¿no era sicólogo?
- Sí, bueno, pero hoy había una sicóloga. Me ha dicho que había visto que yo era adoptado y que si no me había planteado buscar a mi madre. A mi madre biológica, ya sabes...
- Ya.
- Y yo le he dicho que no, que ya tenía una madre y que con todo lo que había peleado por mí y después de irme de casa y todo y que estaba ahí, pues que, la verdad, buscar a mi madre biológica me habría parecido... como una traición y que además, para qué, si ya tengo una madre que es mi madre, para qué voy a buscar a otra que no conozco y que además me abandonó, ¿no? ¿Tomamos un café?

Y sí, a veces una triste tarde oscura de noviembre se te queda grabada en la memoria.


viernes, 15 de noviembre de 2013

La dificultad de elegir

Children playing, de Oskar Kokoschka

Cuando tienes un hijo que tan pronto sale con I como con L o con A, teniendo en cuenta que a veces las relaciones son simultáneas, está claro que no te vas a aburrir en la vida.

Mi hijo es simpático, alto y bien plantado, no puedo decir que haya salido a mí porque no soy su madre biológica, pero una de sus virtudes es que de entrada se queda con todo el mundo. Es de los que haría amigos en el infierno y de hecho yo diría que ya los tiene allí. Conservarlos, en cambio, se le da peor.

Hace unos meses J conoció a una tal L, pero los padres de la chica no querían saber nada de que saliera con nadie y entonces J y ella lo dejaron. J mantenía con A una relación intermitente cuando conoció a I. En ese momento yo ya me liaba con los nombres y no sabía si preguntarle qué tal con A o con I o con L.

No habían pasado dos días y ya había conocido a una tercera chica, lo que le llevó a sacar de su vida a I rápidamente. Esta se lo tomó fatal y J no sabía cómo afrontar las lágrimas y los reproches de la pobre chica. La madre de la criatura (o sea, yo) acudió al rescate explicándole que si bien es cierto que nadie es culpable de no querer seguir manteniendo una relación, no puede ser que tenga más de una relación a la vez, que eso solo le va a conducir a complicarse la vida y sobre todo a herir los sentimientos de los demás. No sé si me entendió pero yo tenía que decírselo.



domingo, 10 de noviembre de 2013

Comprender lo incomprensible

Alice Costelloe, de Lucian Freud

Me ha costado mucho comprender por qué no cuidaron de mi hijo sus padres biológicos. Una intenta ponerse en su lugar, sopesar todos los inconvenientes, la falta de medios económicos, la juventud, quizás un mal momento sicológico... pero por mucho que he intentado imaginarme una situación desesperada en la que alguien no cuidara de su hijo, no he sido capaz. En última instancia siempre pensaba que habría una forma de que alguien cuidara de él, alguien de la familia, los abuelos, unos tíos; y si fuera una cuestión de dinero, seguro que siempre hay un resquicio por el que se puede tirar juntos, y otro tanto si lo que falla es la salud.

Solo lo he comprendido cuando J se ha hecho mayor y me he dado cuenta de que era de todo punto imposible que él cuidara de un niño. Así debió de ocurrirles a sus padres biológicos, que no pudiendo cuidar de sí mismos mucho menos podían cuidar de un bebé.

martes, 5 de noviembre de 2013

Dicen que los navajazos no duelen

Después de la tormenta, de Winslow Homer

Cuando algo muy grave nos golpea, apenas sentimos el dolor; de hecho, dicen que cuando se recibe un navajazo uno no siente nada. Con los golpes emocionales sucede algo muy parecido. Te das cuenta de lo que ha pasado, eres consciente de una muerte, de una pérdida, de algo que cambiará tu vida y apenas sientes nada más que conmoción. Tu cabeza se dispara adelantando acontecimientos, sucederá esto y esto y esto y cómo podré yo soportarlo, pero nada más. Es con el transcurso del tiempo cuando, día a día, va uno comprendiendo el alcance y sintiendo el dolor de lo sucedido.

Hace un par de días supe que J podría ir a la cárcel, que es no solo posible sino probable y me doy cuenta de que comprendo lo que significa, pero que no soy capaz de alcanzar a imaginar las consecuencias que esto tendrá para él y para mi. En realidad, todavía no quiero ni pensar en que va a ocurrir, quiero pensar que aún estamos a tiempo de evitarlo y que, como diría Louise L. Hay o cualquier otra escritora de libros de autoayuda, no adelante usted acontecimientos negativos, quizás no sucedan, quizás sufra usted en balde.

Y a ese pensamiento me aferro.

sábado, 2 de noviembre de 2013

El niño abandonado


The Schoolboy, de Vincent van Gogh

"¿Cuáles son los elementos que constituyen la capacidad de amar y de sentir un afecto mutuo? Hagamos un experimento filosófico. Imaginemos a un recién nacido que tiene dificultad para organizar sus sensaciones (sonidos, imágenes, olores, contactos, cambios de equilibrio, etcétera). Si su desarrollo sensorial es reducido, no podrá crear los conceptos para aprovechar el sentido subyacente de todos los contactos sabor: el mensaje de que alguien le ama y se preocupa por él. Muchos de los niños que más tarde presentan trastorno de apego reactivo sufren de deficiencias sensoriales o de integración sensorial en su más temprana edad. Imagínese también que este bebé tiene una madre que no lo ama o que lo ama poco, y que además es incapaz de establecer contactos frecuentes y de manera adecuada con él/ella para darle los cuidados y los contactos físicos regulares. Si lo hace,  no es capaz de comprender las señales del bebé y entonces lo sobrestimará o los estímulos serán deficientes. A menudo confía el bebé a personas extrañas, los vecinos y otros, que el bebé no conoce. También podemos imaginar a un bebé en un orfelinato que pasa toda la jornada en su cuna, sin otro contacto humano que 5 o 10 minutos diarios. Imagínese al padre a) ausente, o b) violento o peligroso para el niño de una otra forma, o c) constantemente reemplazado por nuevos "padres".

¿Será este niño capaz, más adelante en su vida, de sentir apego por alguien o de establecer relaciones significativas?".

Rygaard, Niels Peter: El niño abandonado