martes, 10 de septiembre de 2013

Dichosos cumpleaños

My Baby (Cosy), de William Merrytt Chase

Nuestra relación, como todas, ha pasado por distintos momentos. Su infancia no fue fácil porque él nunca ha sido fácil y además porque no sabíamos ni que le pasara algo ni qué le pasaba.

Parecía un niño difícil, inadaptado, hiperactivo decían los sicólogos, insoportable decían en el colegio. Ni siquiera los otros niños querían estar con él porque les asustaban sus excesos. No le invitaban a los cumpleaños, nadie le decía que se quedara a dormir en su casa cuando él estaba dispuesto a traer a toda la clase a merendar a casa. Para celebrar su cumpleaños quería invitar a sus 22 compañeros pensando que así luego podría ir a los cumpleaños de todos. Y su madre invitaba, recibía a niños en casa, pero las correspondencias nunca llegaban. De hecho, los padres del niño que se sentaba con él en el pupitre de la escuela pidieron que cambiaran de sitio a su hijo.

¿Qué tenía el mío que apestaba de esa manera? No se portaba bien, se distraía mucho en clase y distraía a los demás, podía comer sin mesura, hablaba por los codos, no tenía miedo de nada y esto asustaba a todo el mundo. Sobre todo a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario